martes, 12 de diciembre de 2017

IDEOLOGIA POLITICA: ANTIESPECISTA por Bea García Serrano


     Sin duda, el cambio de actitudes con respecto al trato de la especie humana hacia el resto de especies en estos últimos años, si bien es una evidencia y debe ser tomado en consideración como un importante avance, dichos cambios no son de negativo a positivo sino de negativo a menos negativo. No es substancial sino superficial. No es de raíces sino de ramas. Y por eso, el antiespecismo solamente puede ser radical. 

     Quiero aquí, sin entretenerme demasiado, hacer un apunte sobre la importancia etimológica de las palabras, y así de paso aclaramos ya, desde estas primeras líneas el porqué de la necesaria radicalidad en el movimiento antiespecista.

     Radical es una palabra formada a partir del latín radix, radicem ‘raíz’, y se refiere a aquello que pertenece a la raíz. El cambio, por tanto, se propone desde la raíz y es total. Quiero también aclarar en este punto que no estoy abordando ahora una cuestión de estrategia, esto es, cómo vamos a transmitirle al mundo nuestro mensaje, sino más bien hablo de una cuestión de base, de qué es y qué no es el antiespecismo, y que, en tanto movimiento ético, político y de resistencia, debe avanzar como tal. Sus objetivos deben ser radicales, buscando el cambio absoluto. No nos vamos a conformar, por ejemplo, con regular la explotación, porque el objetivo es abolirla. Cómo lograr dicho cambio es otra cuestión. No quiero entrar directamente en ello, pero a modo de nota aclaratoria, diré que hay formas de activismo “animalista” altamente perjudiciales para lxs animales y que, en cualquier caso, no todo vale por el hecho de partir de la buena intención.

     Dejar de comer animales es uno de los principios dentro de la ideología antiespecista, pero el hecho de no consumir animales, per se, no te convierte en tal cosa. Para entendernos, no explotar mujeres a través de la prostitución es condición sine qua non para ser feminista, pero no por el único hecho de no consumir prostitución te conviertes en ello.  Siguiendo con este ejemplo, el no consumo de prostitución no es una opción personal, ya que, si asumimos que la explotación sexual es inmoral y éticamente injustificable, no podemos pensar que la opción de consumir dicha explotación es legítima.

     En estos tiempos nos encontramos con multitud de actitudes hacia este movimiento que está en peligro de ser absorbido por intereses económicos y despojado de su objetivo: la liberación animal. Muchas de estas actitudes son permisivas: está bien que seas vegana, lo respeto, lo acepto. Por progresía, por esnobismo, por inercia, por interés. Así nos encontramos sorpresivamente que, Campofrío comercializa productos destinados a un público vegetariano, poco radical y exigente, obviamente, o que Mc Donald’s decide sacar la versión vegetal de la explotación animal. Sí, aquí me detengo en un punto importante, ya que ha salido el tema, vegetal no es vegano y vegano no es antiespecista. 
Sorpresa.

     Por tanto, convertir el veganismo en un estilo de vida, en una opción saludable, en una moda, o en un objeto de consumo, supone despojarlo de su contenido político, y esto es lo que se pretende cuando el capitalismo apuesta por ser vegan friendly. Sea usted vegana, pero quietecita.

     Pero lo cierto es que el especismo no solamente se manifiesta en opciones individuales (comer carne, vestir pieles) si no que está presente en las instituciones sociales, y para éstas lxs animales son objetos absolutamente carentes de derechos. Considerar el antiespecismo como ideología política no supone que se deba acoger el discurso de una posición política concreta, ya que la diversidad política dentro del movimiento es tan extensa como individuos lo conforman. Lo que supone es que la ideología antiespecista debe buscar cambios estructurales. Y en tanto posición política propone abolir todas las relaciones de dominación con independencia de quien sea oprimidx.
Si asumimos que ser vegana es una posición personal, asumimos que explotar animales también es una opción, una elección válida. Si evitamos hablar de que usar a lxs animales como objetos de consumo es éticamente reprobable y moralmente injustificable, estamos desatendiendo nuestro objetivo.

     Por tanto, el activismo por la liberación animal es la base de la que debe nutrirse el movimiento antiespecista y a la vez la finalidad que debe perseguir.


     No es suficiente tomar conciencia y evitar la explotación que tú como individuo ejerces, sino trabajar activamente por la abolición de dicha explotación.

Beatriz García Serrano, Activista Vegana




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