La parte mala es que tus oídos no gozan de la capacidad de selección, así que no filtran, entra la información directamente al cerebro, sea cual sea y una vez ahí, el daño está hecho.
Ayer en el vestuario del gimnasio, en el que normalmente las conversaciones giran entorno a hombres e hijos, un grupo de cuatro mujeres hablaba de perros. Por suerte para estos animales ninguna de ellas tenía uno. Lo que sí tenían eran familiares y amigxs que acompañaban sus vidas con estos seres.
'Le dejan subir a la cama', 'se han gastado 100€ en una ecografía', '¿a los perros les hacen ecografías?, 'el problema de tener un perro es que hay que mantenerlo', 'no hay que perder de vista nunca que es un animal', 'puedo entender que les quieran porque hay gente que vive sola y hacen compañía, pero no es normal que les traten como personas'...os estoy haciendo un resumen, escogiendo algunas de las perlitas que las cuatro señoras se dedicaron a soltar.
Igual que mis oídos no tienen capacidad de selección ni filtro, mi expresión corporal y facial no se caracterizan, en absoluto, por ser opacas, y carecen de filtro, así que, mi mirada hizo que callaran y se fuesen a hacer lo que, supuestamente, habían ido a hacer al gimnasio, ejercicio.
No sé, creo que las prefiero hablando de la evolución de las heces de sus hijos y la dejadez de sus maridos en la asunción de responsabilidades domésticas.
RESPETAR A LOS ANIMALES ES OBLIGATORIO, QUERERLES ES UN PRIVILEGIO.
Beatriz García Serrano, Activista Vegana
Madrid
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